Los problemas se resuelven desde la empatía.
- Alejandro Cardona García
- 19 may 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 4 jul 2023

Me resulta interesante ver cómo algunas personas tienen la capacidad de vender como nuevo cualquier cosa que ha estado ahí hace mucho tiempo: neuromarketing, neuroventas, consultoría empresarial (mentoring), coaching, etc. No lo veo mal, todos hacemos lo que creemos correcto.
Siguiendo esta línea de neo-conocimientos, me gustaría contarles sobre una herramienta muy usada en la vida de los diseñadores (cómo yo), sobre todo los diseñadores de producto, pero que es adaptable a cualquier servicio e incluso a la vida misma si se quiere. No es un creador de soluciones mágico, pero sí rompe el esquema que siempre se nos planteo del proceso líneal 1, 2, 3, 4, 5... Un pragmatismo que, se puede decir, va en contra de la naturaleza misma. Les hablo de una herramienta expuesta en los años 70's en la Universidad de Stanford: Design Thinking.
Esta disciplina, si así la queremos llamar, se basa principalmente en la sensibilidad y métodos propios de los diseñadores para encontrar una solución:
necesidad del individuo + factibilidad tecnológica + valor para el mercado = solución.
Cómo lo mencioné al inicio de este texto, esta metodología o disciplan busca romper esquemas rígidos y nos alienta a trabajar desde algo tan nuestro como lo es la EMPATÍA, además, el Design Thinking no tiene un orden lógico para llegar a una solución, pero sí recomienda seguir 5 fundamentos que podemos usar en cualquier momento de nuestro desarrollo.

Los seres humanos estamos expuestos a obstáculos y adversidades en nuestro día a día, básicamente nuestra vida se va en encontrar soluciones a estos impases. Estas soluciones no son más que ideas resultantes del conocer y entender el problema a resolver.
De igual forma que en nuestras vidas, en el mundo empresarial se hace evidente un número creciente de problemas, y todos los recursos están enfocados en conseguir la mejor solución. Pero, para llegar a esta solución se necesita un proceso o metodología que muestre los caminos que se pueden tomar, y de paso, encontrar posibles mejoras a otros procesos y proyectos. Encontrar respuestas no es fácil, para llegar a estas es necesario dejarse atrapar por el problema; se debe entender a fondo la situación en la que estamos, investigar, desde la observación y la participación, no basta con plantear una tesis abordando todo desde la superficie, es necesario vivir el problema, empatizar con él.
La empatía resultante nos ayuda a definir, una serie de posibles soluciones a nuestro requerimiento, soluciones reales, ideas innovadoras, cargadas de creatividad sin que esto afecte la precisión del resultado. Conocer el problema a fondo y definir una solución eficaz, nos ayuda a salir del cubo, explorar todas las posibilidades sin limitantes. Las ideas resultantes, sin embargo, deben ser expuestas a juicio, así, garantizamos mayor puntualidad en nuestra posible solución.
No va de más decir, que toda idea debe ser probada, prototipada, llevada del plano mental al físico, errar en el camino las veces necesarias hasta lograr el objetivo, y de ser necesario replantearlo. Fracasar no es igual a perder, en esta etapa el fracaso es una oportunidad de renovación, un punto de inicio diferente. Volver tangible nuestra idea nos ayuda a dar ajustes a nuestro proceso y alinearlo de mejor manera con el usuario final.
El Design Thinking funciona así, aprovechando los conocimientos del diseñador u otro profesional, tomando su capacidad analítica y práctica para resolver un problema, conociendo su raíz, generando soluciones y aplicándolas.
Recuerda: Las mejores soluciones se idean en la ducha, pensar no es un proceso rígido, la empatía es la clave.
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